pero ha llegado el Otoño, y ya no me asusta. tiene un aire nuevo, huele a estación sin sed de mar, dulce, quizá seas tú. o yo, que me he puesto al alcance de tus dones, y de tus promesas, a sabiendas de que lo prometido es deuda y las deudas, arenas movedizas siempre en tu colchón. nunca he sabido cumplir muy bien mis promesas, o será que he prometido sin ser, ni sentir, pero no te fíes, por si acaso nos perdemos en la evidencia. si salimos a flote, me rendiré ante la contradicción en sí misma de vivir al borde del precipicio y ser feliz. me desataré de este bucle de huidas, pero no te lo voy a prometer.
lunes, 6 de octubre de 2014
yo, que tenía miedo al miedo de perderlo todo. y así fue. demasiado tiempo que se resumió en tan poco. y demasiado poco para tanta duda.
jueves, 1 de mayo de 2014
a mí se me desborda la vida desde que llegas, inesperado a destiempo sin permiso y me gusta. el pasado que se lo quede el que le guste contar, que a mí me venció demasiadas veces como para seguir sumando
Culpaba a la vida de hacerme
perder la cabeza,
la cordura de tus días,
y la batalla de tus noches insomnes
que no se sabían perder solas,
pero sí conmigo. Culpaba al tiempo de no saber
cuando empezar a acabar
con esta irrazonable
culpa
que me posee,
y que no me deja mirar por debajo
de tus ojos,
por encima de mis dudas
en mitad de sus clavículas. Pero
ahora que ya sé perderme sola,
solo puedo culparme a mí de no cuidarte la vida. Y que el tiempo baile a tu favor,
que por mí bailaron demasiados.