pero ha llegado el Otoño, y ya no me asusta. tiene un aire nuevo, huele a estación sin sed de mar, dulce, quizá seas tú. o yo, que me he puesto al alcance de tus dones, y de tus promesas, a sabiendas de que lo prometido es deuda y las deudas, arenas movedizas siempre en tu colchón. nunca he sabido cumplir muy bien mis promesas, o será que he prometido sin ser, ni sentir, pero no te fíes, por si acaso nos perdemos en la evidencia. si salimos a flote, me rendiré ante la contradicción en sí misma de vivir al borde del precipicio y ser feliz. me desataré de este bucle de huidas, pero no te lo voy a prometer.
lunes, 6 de octubre de 2014
yo, que tenía miedo al miedo de perderlo todo. y así fue. demasiado tiempo que se resumió en tan poco. y demasiado poco para tanta duda.