El invierno se estrella con tu ausencia
otra vez,
y el frío se queda corto al explicarme
que es inevitable el olvido
de tus suspiros,
si ya no lo haces por mi.
Y me siento a mirar cómo los días pasan,
pero tú
por mí
no.
Así que
como buen de-sastre,
mi tentativa de arreglar lo descosido,
pincharme, y sangrar
es lo más autodestructivo que estoy deseando hacer,
y me encanta,
aparte de quemarme,
claro,
ya sabes,
por eso de que las cosas a fuego lento
saben mejor
pero si hablamos de amor,
que nuestras cenizas hablen por nosotros.
En fin,
que como mal sabes
aún espero que pases por aquí
me saques el invierno de entre los dedos
y
nombremos Febrero como el mes
más
caótico
de la historia de mis
de sastres.