viernes, 4 de abril de 2014

Hasta la vida.

Culpaba a la vida de hacerme
perder la cabeza,
la cordura de tus días,
y la batalla de tus noches insomnes
que no se sabían perder solas,
pero sí conmigo.


Culpaba al tiempo de no saber
cuando empezar a acabar
con esta irrazonable
culpa
que me posee,
y que no me deja mirar por debajo
de tus ojos,
por encima de mis dudas
en mitad de sus clavículas.


Pero
ahora que ya sé perderme sola,
solo puedo culparme a




de no cuidarte la vida.


Y que el tiempo baile a tu favor,
que por mí bailaron demasiados.

miércoles, 2 de abril de 2014

¿y?

De arrepentidos está el mundo lleno,
pero de mentirosos, también.
Yo, la primera.
Que si voy, que si vengo,
que si soy, que si no soy,
dudo, duda, perdidos, duda,
certeza
duda
y                                             

                                             vuelvo a empezar.


Dibujo a mi antojo tu porvenir
y el mío,
como si existiese
algo más allá de tus 6 sentidos
o latidos, qué más da.
Como si supiese mejor que tú
a dónde (no) vamos,
sabiendo que me suelo perder
en cada esquina
de cada rotonda,
en cada cerveza
de cada bar,
vacío
vacía
y                                             

                                             vuelta a empezar.

Huye,
pero no en círculos
como suelo hacer yo.
Porque si te pones en mis manos,
(o nos ponemos.)
la tormenta solo será el punto de partida
y
si esque hay retorno,
no volverás
ni cuerdo
ni entero.


Cuídate.